¿GIMNASIOS O ALQUILERES DE MAQUINAS?
- Enzo Supparo
- 31 may 2016
- 3 Min. de lectura

Más de una vez he escuchado a la gente decir que el gimnasio no hace "efecto", que el ejercicio no sirve, siendo que el estar físicamente activo es el remedio universal, la manera de prevenir un sin fin de enfermedades. ¿Pero entonces cual es el problema?¿por que no se ven los resultados? Seguramente pienses que es porque no tienes la dedicación suficiente, que no tienes la constancia, te falta motivación o tiempo que es lo mismo (si algo nos motiva encontramos el tiempo para hacerlo). Creo que el problema no esta en el cliente, en el que quiere entrenar, sino en los que ofrecen el entrenamiento, ya que desde tiempos inmemoriales el concepto del gimnasio y/o del entrenamiento es el mismo, el de una sala llena de aparatos donde pago una cuota accesible y puedo ir cuando yo quiera a hacer ejercicio. ¿Qué pasa entonces?. Como necesito ponerme en forma y no es tan caro, me pongo firme, saco de mi billetera un billete igual al que uso cuando salgo a cenar (la cuota de un gimnasio cuesta lo mismo que una cena para 2 personas) y pago la primer cuota. Genial, ya voy al gimnasio! Pero ¿ahora que hago? la primer semana el dueño del gym (que con suerte es profesor de educación física y le importa mi salud) me enseña un par de ejercicios y me los anota en una hojita donde dice cuantas repeticiones y series tengo que hacer y para que los repita durante quien sabe cuanto tiempo. Buenísimo voy al gimnasio y ahora se que tengo que hacer cuando vaya, pero ahora tengo otro problema, ¿que peso le pongo a la maquina? Como yo no tengo ni idea y el profe solo me dijo "hace 3 de 10" yo pongo poquito, llego a la décima repetición y paro, porque no me quiero cansar mucho y no quiero "quedar muy marcado". Así pasan los meses, me aburro todos los días y no veo resultados, salteo un dia, salteo dos, ya voy una vez por semana, porque no quiero hacer lo mismo de siempre, el mismo fierro, con la misma pesa, de la misma manera que cuando empecé. De pronto me encuentro gastando 600 pesos por mes por un servicio que no uso. Entonces me pongo a pensar y digo -el gimnasio no sirve para nada, yo fui 5 meses y no mejore ni un poquito-. Y tengo razón!!! bueno, en parte. El gimnasio si sirve y para mucho!! pero como todo servicio, lo tiene que brindar un profesional, alguien que sepa del tema y que no me deje hacer lo que yo quiera, por que yo no se, yo no estudie!!! si no te hacen un seguimiento, y te ayudan, estas pagando por un alquiler de maquinas, pagas para ir a hacer muchas veces las cosas mal, haciendo las cosas mal no tenes beneficios y lo que es peor, te podes lastimar!!! Es preferible no entrenar a entrenar mal.


Ahora, a partir de esto surge una nueva problemática pero dirigida hacia los entrenadores, dueños de gimnasios ¿que tengo que hacer para que deje de ser un alquiler de maquinas? La respuesta simple, si tengo un gimnasio, no puedo dejar que mis clientes hagan lo que quieran, o verlos hacer algo mal y no corregirlos. Conozco gente que trabaja en gimnasios y la respuesta que me dan cada vez que propongo esto es -"pero hay gente que no le gusta que la corrijan"-. En su caso no pueden hacer nada, porque no son los dueños, en mi caso esa gente conmigo no entrena.
Como profe de educación física y amante del complejísimo mundo del entrenamiento creo que lo que busco con este texto es concientizar a la gente que hacer ejercicio, ir al gimnasio, no es tan fácil como levantar una pesa un par de veces, es mucho mas difícil que eso. Cada persona tiene que levantar determinado peso, determinadas veces, con cierto tiempo de descanso, y de determinada manera según el objetivo que esta persiga.
El entrenamiento es reconocido internacionalmente por los innumerables beneficios sobre la calidad de vida de las personas y aun así tiene muy poco prestigio en relación con otros campos de la salud, ya es momento de que los que nos dedicamos a esto recibamos la importancia que merecemos y que se reconozca la capacidad que tenemos de cambiar para bien la vida de las personas. No cualquiera puede prescribir un entrenamiento, así como no cualquiera puede prescribir una receta médica, es lo mismo.
¿Cuál es la manera de devolverle al entrenamiento esa importancia?Para eso, nosotros, los entrenadores, tenemos que evaluar, planificar, enseñar, corregir, explicar, motivar, crear y no solo alquilar un par de fierros que sin conocimiento profesional solo sirven para colgar ropa.
Cobremos por lo que sabemos y ofrecemos, no por las maquinas que tenemos.










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